VATICANO,
El Papa Benedicto XVI explicó ante los miembros de las Academias Pontificias que la belleza de la fe no puede ser nunca un obstáculo para la belleza artística, ya que constituye "su linfa vital y su último horizonte".
En un mensaje leído ayer por el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano en la 17º sesión pública de las Academias Pontificias, el Papa resalta que "la belleza de la fe no puede ser nunca obstáculo a la creación de la belleza artística porque constituye, de alguna manera, su linfa vital y su último horizonte".
En el marco de la sesión que lleva como tema ""Pulchritudinis fidei testis. El artista, como la Iglesia, testigo de la belleza de la fe", el Papa dijo en su mensaje que "el verdadero artista, definido en el Mensaje del Concilio Vaticano II como ‘custodio de la belleza del mundo’, gracias a su sensibilidad artística y a su intuición, puede captar y acoger más profundamente que otras personas la belleza que es propia de la fe y, así, expresarla y comunicarla con su mismo lenguaje".
Benedicto XVI resaltó además "la voluntad de la Iglesia por reencontrar el gozo de la reflexión común y de la acción conjunta para poner de nuevo el tema de la belleza al centro de la atención, tanto de la comunidad eclesial como de la sociedad civil y del mundo de la cultura".
La belleza "tendría que volver a reafirmarse y manifestarse en todas las expresiones artísticas, sin prescindir, sin embargo, de la experiencia de la fe, sino, por el contrario, confrontándose libre y abiertamente con ella, para que le dé inspiración y contenido".
El Papa escribe que "también podemos hablar del artista como testigo, de alguna forma, privilegiado, de la belleza de la fe. Por eso, puede participar con su contribución, específica y original, en la misión y en la vocación de la Iglesia, en particular, cuando en las diversas expresiones del arte, quiera o sea llamado a realizar obras de artes directamente unidas con la experiencia de la fe y con el culto, con la acción litúrgica de la Iglesia".