SANTIAGO,
Al concluir su 104º asamblea plenaria, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile dieron a conocer un mensaje esta mañana en el que alentaron a sus compatriotas a construir un país más justo y fraterno, viviendo con intensidad el Año de la Fe convocado por el Papa Benedicto XVI.
En el texto titulado "Testigos alegres y convincentes de Cristo Resucitado", presentado en conferencia de prensa por Mons. Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago y presidente de la CECh; y Mons. Alejandro Goic, Obispo de Rancagua, los prelados recuerdan la importancia de la reciente carta pastoral "Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile".
Este documento, indica el mensaje debe ser motivo de reflexión "en las comunidades eclesiales, y al mismo tiempo se convierta en una referencia importante para el discernimiento de los católicos, sobre todo en nuestro aporte permanente a la construcción de una cultura del don, de la gratuidad y de la solidaridad desde la persona y el mensaje de Jesucristo".
Tras recordar que "participar en los asuntos públicos y procesos electorales es un deber para los cristianos", los obispos afirman que comparten "la preocupación por la alta abstención en los recientes comicios municipales. Nos sentimos llamados a colaborar con las instituciones políticas y sociales para resituar la política en el lugar que le corresponde en su vocación de servicio al bien común".
"Desde una democracia real y participativa nuestro país podrá superar las inequidades e injusticias que persisten en materias como la salud, la educación, el trabajo, la promoción de la familia y la situación de los pueblos originarios. Sólo desde una cultura cívica que respeta la vida humana y la dignidad de las personas se puede avanzar en la construcción de un Chile más justo y fraterno".
Los obispos chilenos se refieren luego a las denuncias de abusos sexuales contra algunos miembros del clero y un prelado: "queremos asegurar a los católicos de nuestras comunidades que como Iglesia continuaremos dando pasos para enfrentar esta realidad en su raíz, poniendo especial énfasis a la atención pronta y solícita a las víctimas, animados por amor a la verdad, a la justicia y al espíritu de misericordia que el Evangelio nos exige".