KÖNIGSTEIN,
Los laicos católicos de Zambia, en África, han asumido la defensa de diversas mujeres que han sido acusadas en sus comunidades de participar en rituales de brujería, evitando así que sean asesinadas por los pobladores locales.
Las acusaciones de brujería se originan en que sobre los poblados ocurrieron graves enfermedades, muertes y otros serios problemas, que los habitantes suelen relacionar a la práctica de magia, y creen que la forma de detener sus desgracias es matando a las supuestas brujas.
En declaraciones a la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el Arzobispo de Kasama (Zambia), Ignatius Chama, destacó la creciente participación de los laicos en la dirección de proyectos de justicia social, ayudando de forma particular a las mujeres acusadas de brujería.
Mons. Chama señaló que las mujeres acusadas de brujería suelen ser golpeadas, como mecánica para obtener la confesión de sus supuestos crímenes, mientras que sus cultivos, animales y otras posesiones son confiscadas.
El Prelado indicó que “la cacería de brujas es aún un problema grave en la mayoría de las comunidades”.
En junio de 2011, Ketha Chungu, una mujer de 40 años, fue golpeada hasta causarle la muerte, al ser considerada sospechosa de haber matado a una niña de tres años con rituales mágicos.
Mons. Chama señaló que tienen “equipos de Justicia y Paz, que están tratando de concientizar a la gente, creando conciencia sobre este tema”.
El Arzobispo africano indicó que la superstición es el origen del problema de la cacería de brujas, por lo que remarcó la importancia de aumentar la catequesis, para que la gente se acerque a Dios en épocas de sufrimiento y no crean que sus problemas son causados por la brujería.
“Estamos logrando resultados, pero (la creencia en la brujería) está enraizada en la forma como la gente responde a los problemas del sufrimiento”, indicó.
“Cuando un cristiano enfrenta problemas, la forma en la que enfrenta esos problemas suele ser similar a cómo lo hacían nuestros ancestros”, dijo.
Mons. Chama explicó que “en el tema de la brujería y la cacería de brujas, cuando los pobladores enfrentan el problema de la enfermedad, el problema de la muerte, ellos prefieren realizar una cacería de brujas, como una explicación a esos problemas”.
Por ello, el Prelado destacó el trabajo de los laicos católicos en la protección de las mujeres acusadas de brujería, principalmente recurriendo a la legislación de Zambia.
“Creo que estamos logrando algo, porque ellos están invocando a la ley civil, a la policía, a los jueces, porque, por supuesto, en nuestro país hay una ley sobre brujería, y nuestra gente de Justicia y Paz están invocando esta ley, y educando a la gente sobre esta ley”, dijo.
Según la ley de Zambia sobre brujería, cualquiera que acuse a otra persona de ser un brujo o bruja, o de causar la muerte, herir u otro daño de forma sobrenatural, puede ser multado o encarcelado hasta por un año.
Aquellos que clamen ser quienes encuentran a brujas, o que tienen poderes sobrenaturales, para causar miedo o provocar daños, también pueden ser castigados por la ley.
Mons. Chama manifestó estar seguro de que “los laicos están haciendo un progreso, excepto en algunas comunidades que son muy remotas de las áreas urbanas”.
“Son los laicos quienes dirigen los trabajos de Justicia y Paz en nuestras dos diócesis de Kasama y Mpika, que hemos ubicado en el departamento de Cáritas”, indicó.
El Arzobispo de Kasama aseguró que “la gente en las parroquias son los que están al frente, moviendo todos los programas hacia adelante”.
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