VATICANO,
El Papa Benedicto XVI dijo esta mañana en la habitual catequesis de la audiencia general que los documentos del Concilio Vaticano II son "una brújula que permite a la barca de la Iglesia navegar en mar abierto, en medio de las tempestades o de la calma, para llegar a la meta".
Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y en la víspera del inicio del Año de la Fe que ha convocado en ocasión del 50 aniversario del Concilio, el Santo Padre dijo en español que "debemos aprender las lecciones más simples y fundamentales del Concilio, a saber: que el cristianismo en su esencia consiste en la fe en Dios y en el encuentro con Cristo, que orienta y guía la vida".
"Lo más importante hoy, como era el deseo de los Padres conciliares, es que se vea, de nuevo, con claridad, que Dios está presente, nos mira, nos responde; y que, por el contrario, cuando falta la fe en Él, cae lo que es esencial, porque el hombre pierde su dignidad".
El Papa resaltó luego que "el Concilio recuerda que la Iglesia tiene el mandato de transmitir la palabra del amor de Dios que salva, para que sea escuchada y acogida aquella llamada divina que contiene en sí las bienaventuranzas eternas".
El Concilio Vaticano II, precisó, "es una fuerte invitación a redescubrir cada día la belleza de la fe y a conocerla de modo profundo, para una más intensa relación con el Señor y a vivir auténticamente la vocación cristiana".
En su catequesis en italiano Benedicto XVI recordó que él también participó como perito en el Concilio, cuando era profesor de teología fundamental de la universidad de Bonn (Alemania).