ROMA,
El Vicario Apostólico de Aleppo (Siria) para los católicos de rito latino, el sacerdote franciscano Abou Khazen, denunció que desde el exterior sólo llegan armas a la zona "que alimentan la muerte y la destrucción".
En declaraciones a la agencia vaticana Fides, el presbítero explica la trágica situación de la población ante el conflicto y dijo que "hay decenas de miles de familias desplazadas en la zona metropolitana de Aleppo, que han huido de los barrios donde se combate. Buscan refugio en las escuelas, iglesias, mezquitas, edificios públicos y en muchos otros reparos improvisados".
"Deben comer, beber, dormir, vestirse, curarse. Muchos voluntarios de nuestras comunidades se están ocupando de ellos, junto con otros grupos de voluntarios sirios".
El sacerdote recuerda luego que las intervenciones de atención primaria son la única acción colectiva que caracterizan a la comunidad cristiana como tal con respecto al conflicto armado entre los rebeldes y las fuerzas leales que desde hace dos meses están destrozando el área de la ciudad siria, entre ataques aéreos y combates callejeros por las calles.
Ante las noticias que circulan sobre grupos de cristianos que han decidido formar patrullas de autodefensa armada para defender a sus familias y sus hogares de los ataques que sufren por parte de los milicianos extranjeros, el franciscano afirma que "la Iglesia no hace otra cosa que predicar el amor y la paz para todos, incluso en las situaciones trágicas como las que estamos viviendo".
"Después cada uno responde en conciencia. Pero la imagen puesta en circulación de grupos cristianos que se arman puede tener efectos tremendos. Es como una señal: están armados, así que ir allí y matarlos a todos".