ROMA,
El 15 de septiembre, extremistas islámicos de la etnia pashtún balearon a dos jóvenes cristianos en el barrio de Essa Nagri, a las afueras de Karachi, mientras les exigían el pago de la "jizya", cupo impuesto por la "sharia" (ley musulmana) a quienes no siguen el Islam.
En Essa Nafri viven al menos 50 mil cristianos bajo constantes amenazas de los extremistas. Ese día, extremistas a bordo de motocicletas asaltaron el pueblo exigiendo a los residentes el pago de este impuesto y desataron una pelea en la que asesinaron a Nasir Masih, católico, y Rafi Masih, protestante. Otros dos resultaron heridos.
Según informó el párroco católico de la zona, P. Víctor John, a la agencia Fides, para protegerse los cristianos "decidieron construir un muro y cerrar una entrada de Essa Nagri, la que se encuentra del lado del barrio musulmán, donde viven los pashtun y los baluchis, que realizan los atentados".
Además, ante la situación de terror, la extrema pobreza y la carencia de servicios básicos, los cristianos organizaron un servicio de seguridad interno, para tratar de de protegerse, "ahora Essa Nagri es un gueto, con una única puerta de acceso", señaló el P. Víctor.
"Pedimos a la policía que proteja a la población de Essa Nagri, que desde hace meses es víctima de abusos patentes", y "pedimos a los cristianos que no actúen con venganza, que sean pacíficos, incluso en las protestas legítima", exhortó.
El 17 de septiembre, el sacerdote celebró los funerales ecuménicos de los dos hombres asesinados y denunció que la situación de los cristianos es insostenible, mientras que la policía no hace nada ponerle freno.