MADRID,
El juzgado de lo penal de Leeds (Reino Unido) condenó con ocho años de prisión a una mujer de 35 años por usar medicamentos para provocarse un aborto a las 39 semanas de gestación, cuando tan sólo le restaba una semana para dar a luz.
La mujer, de nombre Sarah Louise Catt, estaba casada pero mantenía una relación con un compañero del trabajo desde hacía siete años, y el temor de que el bebé fuera fruto de esta relación extra matrimonial fue lo que la llevó a adquirir por Internet un fármaco para inducir el parto comercializado por una empresa de la India.
Sin embargo, y según ha relatado la propia condenada, cuando dio a luz al bebé en su propia casa vio que "ya estaba muerto", ya que ni se movía ni respiraba, según informa la BBC, por lo que decidió enterrarlo en un lugar que no ha confesado.
Las sospechas surgieron porque cuando estaba embarazada de 30 semanas se había sometido a una exploración en un hospital de Leeds que confirmó el embarazo, de ahí que los médicos se sorprendieran de que semanas más tarde no hubiera vuelto a dar a luz.
La sentencia establece que la gravedad del delito está entre un homicidio y un asesinato, y ha destacado como la condenada actuó "de forma fría y calculada en todo momento", y "sin ningún remordimiento" sobre lo sucedido.
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