BEIRUT,
Antes de almorzar con los Obispos y Patriarcas del Líbano en el Patriarcado Armenio-Católico de Bzommar, el Papa Benedicto XVI dijo que "la sed espiritual y la búsqueda del más allá deben siempre habitar en nuestros corazones".
Antes de pronunciar su discurso tras las palabras del Patriarca Armenio, Su Beatitud Nersès Bédros XIX Tarmouni, el Papa bendijo una estatua del monje armenio Hagop, que difundió el primer libro impreso en lengua armenia publicado en 1512.
A continuación, el discurso del Santo Padre:
Beatitud, venerables patriarcas,
queridos hermanos en el episcopado y el sacerdocio,
queridos miembros del Consejo especial del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio, y del Sínodo armenio católico,
queridos seminaristas, hermanos y hermanas en Cristo.
Agradezco profundamente al Patriarca Nersès Bédros su invitación y las palabras que me ha dirigido, así como al Superior de esta casa. Saludo cordialmente a todos los invitados.
La Divina Providencia ha permitido nuestro encuentro en este convento de Bzommar, tan emblemático para la Iglesia Católica Armenia. El monje Hagop, apodado Méghabard –el pecador–, es para nosotros un ejemplo de oración, de desprendimiento de los bienes materiales y de fidelidad a Cristo Redentor.