BEIRUT,
El Nuncio Apostólico en el Líbano, Arzobispo Gabriele Giordano Caccia, señaló que urge trabajar para poner fin a la violencia en la región de Medio Oriente, en la víspera del viaje del Papa Benedicto XVI que se realizará este fin de semana.
En declaraciones a la agencia vaticana Fides, el Prelado se refiere a los conflictos que golpean a la región como el de la limítrofe Siria y afirma que "todos temen que se pierda ese orden civil que garantiza los criterios mínimos de supervivencia. Por ello, aunque sea difícil, es necesario que la comunidad internacional busque todos los caminos posibles para que las fuerzas que actúan pongan fin al libre arbitrio de la violencia".
"La alternativa es la del sufrimiento y el dolor para todos. La violencia no respeta a nadie. Se puede ver también en la triste historia de los refugiados que pertenecen indistintamente a todos los grupos religiosos", explica.
El Nuncio responde a algunas acusaciones contra los cristianos de Medio Oriente de quienes afirman que esta minoría apoyar a los regímenes autoritarios, una afirmación que está fuera de lugar: "siempre tenemos que estar del lado de aquellos que buscan el respeto y la aplicación de los principios de la libertad y la dignidad humana. Pero este apoyo siempre debe tener en cuenta la realidad efectiva", indica.
"Como dijo el Patriarca maronita Béchara Boutros Raï, los cristianos no sostienen los regímenes autoritarios, pero temen la disolución de los Estados. Existe el temor de que todo precipite hacia escenarios similares a los iraquíes, con la ausencia total de cualquier mínima seguridad en la vida cotidiana", explica luego el Arzobispo.
Ante la presión de los que piden que la Iglesia "tome una postura" sobre el conflicto de Siria y a los levantamientos del Oriente Medio, Mons. Caccia repite los criterios de discernimiento que inspiraron la mirada de la Santa Sede ante la evolución de los acontecimientos.