VATICANO,
El Papa Benedicto XVI explicó que no hay oraciones inútiles y Dios, que es Amor y Misericordia infinitos, siempre responde a todas aunque a veces esa respuesta es misteriosa.
En su catequesis de la audiencia general de hoy realizada en el Aula Pablo VI ante miles de fieles presentes, el Santo Padre prosiguió con su reflexión sobre la oración en el libro del Apocalipsis, y resaltó que las oraciones son como incienso "cuya dulce fragancia se ofrece (…) a Dios".
"Debemos estar seguros –dijo el Papa– que no hay oraciones superfluas, inútiles; ninguna se pierde. Y éstas encuentran respuesta, aunque a veces misteriosa, porque Dios es Amor y Misericordia infinita".
El incienso en el Apocalipsis, continuó, "es un simbolismo que nos dice cómo todas nuestras oraciones –con todas las limitaciones, la pobreza, la fatiga, la sequedad, las imperfecciones que puedan tener– son purificadas y alcanzan el corazón de Dios".
Benedicto XVI dijo además que "Dios no es indiferente a nuestras súplicas, interviene y hace sentir su poder y su voz en la tierra, hace temblar y altera el sistema del Maligno".
"A menudo, frente al mal se tiene la sensación de no poder hacer nada, pero es precisamente nuestra oración la respuesta primera y más efectiva que podemos dar y que hace más fuerte nuestro compromiso diario en la difusión del bien. El poder de Dios hace fecunda nuestra debilidad".