VATICANO,
En el día en que la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Natividad de la Virgen María, el Papa Benedicto XVI señaló que la Madre del Salvador es el faro luminoso de la Iglesia de donde los cristianos pueden tomar el entusiasmo y la alegría para vivir una vida cristiana coherente.
Así lo indicó el Santo Padre en su discurso ayer a unos 350 participantes del 23° Congreso Mariológico Mariano Internacional que se realiza en el Vaticano sobre el tema "La mariología a partir del Concilio Vaticano II. Recepción, balance y perspectivas".
Recordando que dentro de poco, el 11 de octubre, se inaugura el Año de la Fe que ha convocado en ocasión de los 50 años del Concilio, Benedicto XVI animó a seguir la senda de este gran evento eclesial y animó a asegurar que este Año Jubilar "pueda ser para todos los creyentes en Cristo, un verdadero momento de gracia, en el que la fe de María nos preceda y acompañe como faro luminoso y como modelo de plenitud y de madurez cristiana".
A ella, dijo, los cristianos pueden "mirar con confianza y de la cual poder tomar el entusiasmo y la alegría, para vivir con un compromiso cada vez mayor y con coherencia nuestra vocación de hijos de Dios, hermanos en Cristo, miembros vivos de su Cuerpo que es la Iglesia".
Para el Año de la Fe, señaló el Santo Padre, ha presentado "a María como modelo ejemplar de fe" invocando "Su protección especial y su intercesión sobre el camino de la Iglesia, encomendando a Ella, dichosa porque ha creído, este tiempo de gracia. También hoy, queridos hermanos y hermanas, la Iglesia se alegra en la celebración litúrgica de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, la Toda Santa, aurora de nuestra salvación".
Recordando una homilía de San Andrés de Creta –que vivió en los siglos VII y VIII– el Papa resaltó el significado de la fiesta de la Natividad de María, "estela preciosa del extraordinario mosaico que es el plan divino de la salvación de la humanidad".