LA HABANA,
El Obispo de Ciego de Ávila (Cuba), Mons. Mario Mestril Vega, exhortó al nuevo sacerdote Lázaro Alegrant de la Torre cumplir con su misión de enseñar a los cubanos que el hombre no se reduce a lo material, sino que está llamado a trascender porque es un hijo de Dios.
"Tú, Lazarito, tienes la misión de hacerle descubrir a nuestra sociedad que ‘No solo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios’, que el hombre no se reduce a lo económico o a lo político, sino que el hombre además de ser un ser espiritual, está llamado a trascenderse a sí mismo, que la grandeza de un pueblo no está en tener muchas cosas, sino hombres y mujeres rectos, honrados y justos", expresó.
Durante la Misa celebrada el 25 de agosto, el Prelado llamó al nuevo sacerdote salesiano a mantener una relación constante con el Señor porque "sin Él no podrás dar fruto. Manifiesta a Cristo en tu vida. Se consciente de que nuestro ministerio sacerdotal lo ejercemos en nombre de Cristo, de quien somos embajadores. En su nombre, no en el nuestro, predicamos, bautizamos, perdonamos y echamos las redes".
"Lazarito, en tu vida sacerdotal has de tener presente que tú eres Iglesia, pero no eres la Iglesia, por lo que tu sacerdocio has de vivirlo en relación con Cristo, con tu Obispo, con tus hermanos sacerdotes y con el rebaño que te será confiado", añadió delante de fieles y delegaciones salesianas llegadas de La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey.
Según informó el sitio de Facebook del Episcopado cubano, Mons. Mestril recordó que el pueblo confiado a los sacerdotes pertenece a Cristo y que los fieles esperan que el presbítero sea "un hombre de Dios, que se preocupa de las cosas que tienen que ver con Él. Así como la gente espera que seas un hombre cercano a ellos, con los valores que debe tener todo hombre que quiera ser persona, así, espera que seas un hombre de Dios, que le hables de Él y lo representes ante Él".
Durante la Misa, Mons. Mestril Vega relató que conoció a Lázaro desde que era niño. "Cuando hace muchos años visitaba a una señora mayor a quien llevaba la comunión, nunca pude pensar que al cabo de tantos años, ese niñito que estaba allí y era su nieto, iba a ser ordenado sacerdote por mí. Y, es que al igual que a Jeremías, el Señor le dijo: ‘Antes de formarte yo en el vientre, ya te conocía; antes de que salieras de las entrañas maternas, te consagré profeta y te destiné a las naciones".