La hermana Patricia Farrell, presidenta de la investigada Leadership Conference of Women Religious (LCWR) en Estados Unidos, afirmó durante su reciente asamblea que "seguirán los diálogos" con el Vaticano, mientras ello "no comprometa la integridad de su misión".
La afirmación de la hermana Farrell el viernes 10 de agosto, en la asamblea de la LCWR en la ciudad de Saint Louis, era una respuesta al informe de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) en el Vaticano que tras 4 años de estudio reveló "graves problemas doctrinales" en el grupo formado por unas 1500 religiosas (3 por ciento del total en Estados Unidos) cuyo promedio de edad es 74 años.
Esta respuesta recuerda el rechazo del grupo del informe del Vaticano, que en su opinión y según dijeron el pasado 1 de junio, fue realizado "sobre la base de acusaciones sin fundamento y fue el resultado de un proceso defectuoso falto de transparencia".
El grupo se ha mostrado abiertamente permisivo ante temas contrarios a la doctrina católica como el aborto y el feminismo radical.
En aquella oportunidad las religiosas también dijeron que "las sanciones impuestas (por el Vaticano) fueron desproporcionadas a las preocupaciones que originaron" y podrían comprometer "la capacidad de (las hermanas) de cumplir con su misión".
Farrell dijo también el 10 de agosto que "al dar a conocer su profunda decepción con el informe de la CDF, las participantes proclamaron su intención de usar esta oportunidad de explicar a los líderes de la Iglesia la misión de la LCWR, sus valores y principios de acción".