ROMA,
A 67 años del lanzamiento de la primera bomba atómica de la historia que causó la muerte de cientos de miles de personas, el Vice-Chambelán de la Cámara Apostólica del Vaticano, Mons. Pier Luigi Celata, viajó a Hiroshima (Japón), para participar en una marcha por la paz y celebrar una Misa en la que recordó que el hombre necesita la fe y la esperanza como el aire que respira.
Según informó Radio Vaticana, el domingo en la catedral de Hiroshima, Mons. Celata afirmó ante los fieles que allá donde hay miedo y destrucción, la "fe y la esperanza son necesarias para cada ser humano y la entera sociedad, al igual que el aire para respirar".
"Estamos llamados a unir nuestras energías espirituales y materiales para colaborar en la edificación de una sociedad más justa y solidaria, que pueda convivir en paz y armonía".
"Con vuestro coraje y vuestra firme determinación –dijo-, habéis como transfigurado aquella página profundamente oscura de la historia de la humanidad, haciéndola un punto luminoso de referencia, en el cual se alimentan la confianza y la esperanza por un mundo mejor".
Al recordar aquél fatídico 6 de agosto de 1945, el Prelado subrayó que, a pesar de "la tentación del egoísmo, de la opresión de dominio, del acumulamiento de los bienes, a menudo, a través del engaño, la violencia y la guerra que anida en el corazón de cada ser humano y entre los pueblos", todos los creyentes en Dios y las personas de buena voluntad "tenemos que reaccionar a esta tentación poniéndonos al servicio de la paz, y sostenidos por los valores espirituales de nuestras tradiciones".
Mons. Celata, quien además es Secretario Emérito del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, animó a los fieles a superar cualquier miedo y abrir el corazón al encuentro con los demás, "también a aquellos que vemos distintos, reconociéndonos todos miembros de una única familia humana con un destino común".