VATICANO,
Al conmemorar el 70 aniversario de la redada de la Segunda Guerra Mundial en la que los nazis detuvieron a 13 mil judíos parisinos, el Yad Vashem de Jerusalén añadió una incisión sobre la Medalla de los Justos que entregó en 1970, en modo póstumo, al Arzobispo de Toulousse, Cardenal Jules-Gérard Saliège, por sus esfuerzos para detener esta barbarie.
El Cardenal Jules-Gérard Saliège, fue una de las figuras heroicas que durante la Segunda Guerra Mundial se enfrentó a los nazis en Francia por mandato del Papa Pío XII en defensa del pueblo judío.
El Purpurado fue reconocido por sus escritos publicados a favor del pueblo judío en Francia. La incisión del Yad Vashem incluye la fórmula del Talmud que dice "Quien salva una vida salva a la humanidad".
El Cardenal Saliège, era Arzobispo de Toulouse cuando inició su activa y vigorosa defensa de la dignidad del pueblo judío. Por encargo del Papa Pío XII se esforzó por mejorar su situación en los campos de detención en el sudoeste de Francia, y en noviembre de 1941, envió una carta a las autoridades de Vichy en contra su política antijudía. Además, en 1942 ordenó difundir una carta pastoral que fue prohibida –pero no frenada-, por las autoridades.
"Ha correspondido a nuestra época ser testigo del triste espectáculo de niños, mujeres, padres y madres tratados como un rebaño de animales; ver a miembros de la misma familia separados unos de otros y enviados a un destino lejano y desconocido... Los judíos son hombres, las judías son mujeres... No se les puede maltratar a discreción... Pertenecen a la especie humana. Son hermanos nuestros, como lo son tantos otros. Un cristiano no puede olvidar esto", escribió el Purpurado.
Archivos diocesanos franceses destruyen leyenda negra sobre Pío XII
El libro "La Iglesia de Francia ante la persecución de los judíos 1940 – 1944" de la investigadora Sylvie Berney revela que los archivos diocesanos franceses alumbran nuevos datos sobre la preocupación del Papa Pío XII por la situación de judíos.
En ellos se puede ver como a partir del año 1942, en zona francesa "libre" del sur conocida como Vichy, Mons. Valerio Valeri, el entonces Nuncio Apostólico por solicitud de Pío XII, desempeñó un papel clave en la puesta en marcha una estrategia colectiva.
A partir de ese momento, las investigaciones constatan que las redes de la resistencia judía se beneficiaron del apoyo recibido de los católicos a través de los institutos religiosos, quienes no habrían podido colaborar sin el beneplácito de los obispos franceses, quienes a pesar de las dificultades de las circunstancias, instauraron explícitamente el deber de asistir a los judíos perseguidos.
Estos datos se suman a una serie de movimientos estratégicos liderados por el Pontífice que bajo el velo de la "neutralidad", permitió a las instituciones de la Iglesia Europea llevar a cabo a diferentes niveles un considerable número de actividades secretas de rescate.
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