BOGOTÁ,
El Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), P. Pedro Mercado Cepeda, invitó al sacerdote jesuita Alfonso Llano a dejar de lado las ideas teológicas preconcebidas que critican a la Iglesia y visitar las diócesis para que conozca de primera mano la apertura al mundo y la labor a favor de los pobres que realizan laicos, sacerdotes y obispos.
El P. Mercado hizo esta invitación en respuesta al artículo "Me duele la Iglesia" que el sacerdote jesuita publicó el 1 de julio en el diario El Tiempo y en el que pide a la Iglesia aceptar el divorcio y abandonar el celibato sacerdotal; además de acusarla de oponerse a la ciencia, provocar los cismas y elevar a los altares "a tantos hombres y mujeres que no significan una invitación a llevar una vida ejemplar".
"¿Por qué excomulgas, sabiendo que con cada excomunión te ganas un enemigo mortal? La excomunión de Miguel Cerulario (siglo XI) dio origen a la Iglesia Ortodoxa. Con la excomunión de Lutero (siglo XVI) nació el Protestantismo. La excomunión de los masones engendró una Masonería enemiga de tu misión apostólica. La excomunión del Modernismo dio origen a todo el espíritu anticlerical del siglo XX. La excomunión del Liberalismo dio origen a un liberalismo radical, y así por el estilo", escribió el P. Alfonso Llano.
Ante esto, el P. Mercado escribió una carta a título personal en la que expresó su respeto y admiración al P. Llano, pero en la que también manifestó su perplejidad por el artículo y se preguntó "si el medio y el modo utilizados para invitarnos a la reflexión hayan sido los más adecuados y oportunos".
"Me pregunto, incluso, si algunas de las inquietudes planteadas por Su Reverencia hagan justicia a los múltiples esfuerzos y transformaciones que el Papa, la Santa Sede y la Iglesia colombiana han realizado para proclamar el mensaje de Cristo con mayor apertura al mundo y coherencia evangélica. ¿Dónde están las actuales excomuniones? ¿Donde la oposición a la ciencia? ¿Donde el estilo esotérico y señorial?", preguntó.
El P. Mercado recordó que en los últimos cincuenta años la Iglesia ha buscado "un diálogo abierto y fructífero" con el mundo y "ha querido acercarse a todos los hombre y mujeres, sea cual sea su condición de vida, para alentarlos en el camino del encuentro con Jesucristo".