VATICANO,
Esta mañana, durante la Audiencia General de los miércoles, el Papa Benedicto XVI lamentó que en ocasiones el hombre crea tener el poder de Dios, pero recordó que la plena realización está en hacer la voluntad del Padre sirviendo con caridad a los demás.
El Santo Padre subrayó que a menudo la lógica humana "intenta la realización de sí mismo en el poder, en el dominio, en los medios poderosos. El hombre sigue queriendo construir con sus propias fuerzas la torre de Babel para llegar a la altura de Dios, para ser como Dios. La Encarnación y la Cruz nos recuerdan que la realización plena está en conformar la voluntad humana a la del Padre, en el desapego total de uno mismo, del propio egoísmo, para llenarse del amor y de la caridad de Dios y, así, llegar a ser verdaderamente capaces de amar a los demás".
"Adán quería imitar a Dios, pero tenía una idea equivocada de Dios. Dios no quiere sólo la grandeza, Dios es amor que da, ya desde la Trinidad y luego en la Creación. Imitar a Dios significa salir de sí mismo y entregarse en el amor", "sólo si logramos salir de nosotros, nos encontramos", agregó.
Benedicto XVI recordó que San Pablo escribe esta carta mientras está en la cárcel condenado a muerte, y "expresa la alegría de ser discípulo de Cristo, de poder ir a su encuentro, hasta el punto de ver la muerte no como una pérdida, sino como una ganancia".