VATICANO,
El Papa Benedicto XVI visitó a los miles de damnificados del terremoto que el 29 de mayo afectó la zona italiana de Emilia Romagna les ofreció consuelo y recordó que ante los desastres naturales el hombre debe buscar refugio en Dios.
El helicóptero del Papa aterrizó en el campo deportivo de San Marino de Carpi (Módena) donde fue acogido por el Obispo de la diócesis, Mons. Francesco Cavina y por el Jefe del Departamento de la Protección Civil, Franco Gabrielli.
A bordo de un minibús, se trasladó a la zona de Rovereto di Novi, donde se detuvo unos momentos en la iglesia de Santa Catalina de Alejandría, en cuyo derrumbe falleció el P. Iván Martini. Benedicto XVI, montado en un jeep, saludó a los presentes hasta llegar al lugar del encuentro con la población en la plaza central de Rovereto que contó con la presencia de los arzobispos y obispos de Bolonia, Carpi, Módena, Mantua, Ferrara y Reggio-Emilia.
"La situación que estáis viviendo, ha evidenciado un aspecto que quisiera que estuviera bien presente en vuestro corazón: ¡no estáis ni estaréis solos! En estos días, en medio de tanta destrucción y dolor, vosotros habéis visto y sentido que tanta gente se ha movido para expresaros cercanía, solidaridad, afecto", y "mi presencia entre vosotros quiere ser uno de estos signos de amor y de esperanza", expresó el Papa a los damnificados.
En su discurso, el Santo Padre recordó a los afectados por el sismo que su corazón "está cerca de los vuestros para consolaros, pero, sobre todo para animaros y sosteneros".
Al recordar a las víctimas, el Papa rindió homenaje al P. Iván Martini, el párroco que murió al intentar salvar una imagen de la Virgen. "Rindiendo homenaje a su memoria, dirijo un saludo particular a vosotros, queridos sacerdotes, y a todos los hermanos, que estáis demostrando, como ya ha sucedido en otros momentos difíciles de la historia de esta tierra, vuestro amor generoso hacia el pueblo de Dios", expresó.