VATICANO,
Al reflexionar en la audiencia general de hoy sobre la oración en las cartas de San Pablo, el Papa Benedicto XVI señaló que "no hay ningún grito humano que no sea escuchado por Dios", especialmente en la oración que libera a la persona de la esclavitud y permite sobrellevar el sufrimiento.
Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro esta mañana, el Papa explica que la oración es fundamentalmente la obra de Dios en cada uno, que permite el diálogo profundo e íntimo con el Señor a través del Espíritu Santo.
"En la oración, nosotros experimentamos, más que en otras dimensiones de la existencia, nuestra debilidad, nuestra pobreza, nuestro ser criaturas, porque nos encontramos ante la omnipotencia y la trascendencia de Dios".
El Papa subrayó luego que "cuanto más avanzamos en la escucha y en diálogo con Dios, para que la oración se convierta en el aliento cotidiano de nuestra alma, tanto más se percibe también el sentido de nuestras limitaciones, no sólo frente a las situaciones concretas de cada día, sino también en nuestra propia relación con el Señor".
Según señala la nota de Radio Vaticano, el Papa explicó tres consecuencias en la vida cristiana cuando "dejamos que obre en nosotros no el espíritu del mundo, sino el Espíritu de Cristo como principio interior de todas nuestras acciones".
"En primer lugar, con la oración animada por el Espíritu se nos da la posibilidad de abandonar y de superar toda forma de miedo o de esclavitud, viviendo la auténtica libertad de los hijos de Dios", dijo el Papa.