BUENOS AIRES,
La nueva ley de identidad de género, aprobada por el Senado argentino el 9 de mayo, permitirá que menores de edad cambien de sexo en sus documentos de identidad, con o sin el consentimiento de sus progenitores.
En abril de este año, el Centro de Bioética de Argentina criticó este tipo de reformas en la legislación civil que se vienen realizando en ese país, pues se "pierde la riqueza de varón y mujer y se diluye en una forma de vida donde la sexualidad es pura construcción cultural".
La norma, que describe la identidad de género como "la vivencia del género tal como cada persona la siente, corresponda o no con el sexo asignado en el nacimiento", indica que si los padres del menor se oponen a la decisión del cambio de sexo, los niños y adolescentes podrán realizar el trámite ante las autoridades con la supervisión de un abogado.
La vía judicial también permitirá a los menores someterse, sin el permiso expreso de sus padres, a tratamientos hormonales y cirugías de reasignación genital.
En el caso de mayores de 18 años, tanto las modificaciones en la documentación como las alteraciones quirúrgicas a su cuerpo podrán realizarlas sin necesidad de resolución judicial.
Los tres pilares de este proyecto, explicitados en el primer artículo de la ley, son los derechos "al reconocimiento de su identidad de género", "al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género" y "a ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto del/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada".