ROMA,
Prominentes miembros de la Pontificia Academia para la Vida (PAV) expresaron esta semana serias preocupaciones por el rumbo que habría tomado este importante dicasterio del Vaticano, creado por el Beato Juan Pablo II para promover la investigación científica a favor de la vida.
En una carta abierta al presidente de la PAV, Mons. Ignacio Carrasco de Paula, el Profesor Josef Seifert, Presidente del Senado de la Academia Internacional de Filosofía del Principado de Liechtenstein, señaló que "sin intención de ofenderlo de modo alguno", escribe la misiva "con un profundo sentimiento de tristeza y una enorme preocupación por el gran peligro que percibo de que la PAV está perdiendo su pleno y puro compromiso con la verdad y su entusiasta servicio a la magnífica e irreductible enseñanza de la Iglesia sobre la vida humana y su total esplendor".
"En la sesión del sábado (25 de febrero) de nuestra asamblea anual de la PAV de 2012, expresé que la sesión a pública del día anterior había sido posiblemente el peor día en la historia de la PAV. Como no había tiempo para explicar este juicio, me pidió que le escribiera una carta en donde lo hiciera".
En la carta solicitada por Mons. Carrasco, el Prof. Seifert expresa "8 razones sobre mi juicio crítico" para la conferencia organizada por la PAV para hablar de técnicas de fecundación y el tratamiento de la infertilidad.
La primera razón refiere que "de las siete conferencias de ese día relacionadas a la ética de este asunto altamente sensible del tratamiento de la infertilidad" las primeras 5 "prescindieron completamente de cualquier explicación antropológica, ética, teológica y especialmente magisterial sobre la doctrina moral católica sobre estos temas y solo se refirieron a métodos como la píldora, la inseminación artificial y la fertilización in vitro, etc.".
"Las primeras 5 ponencias en lo poco que dijeron sobre ética entraron en clara contradicción con la enseñanza moral de la Iglesia. Mucho peor aún fue el hecho que cada uno de los 5 ponentes sí implicó algún juicio ético, pero todos estos y sin excepción fueron un asalto directo a la enseñanza de la Iglesia y la verdad", expone como segunda razón.