VATICANO,
El Papa Benedicto XVI explicó que sin la oración, que es la respiración del alma, la vida se convierte en un mero activismo que sofoca y no satisface; impidiendo además "ver la realidad con ojos nuevos".
Así lo indicó el Santo Padre en su catequesis de la Audiencia general de este miércoles celebrada en la Plaza de San Pedro ante unos 20 mil fieles, en una reflexión sobre la oración en los primeros tiempos de la Iglesia con los Apóstoles.
Benedicto XVI explicó que "sin la oración diaria vivida con fidelidad, nuestro obrar se vacía, pierde el alma profunda, se reduce a un simple activismo que nos deja insatisfechos. Todos los pasos de nuestra vida, todas las acciones –también las de la Iglesia– deben ser hechas ante Dios, en la oración, a la luz de su Palabra".
Cuando la oración se alimenta con la Palabra de Dios, prosiguió, "se ve la realidad con ojos nuevos, con los ojos de la fe, y el Señor, que habla a la mente y al corazón, da nueva luz al camino en cualquier situación. Nosotros creemos en la fuerza de la Palabra de Dios y de la oración".
"Si los pulmones de la oración y de la Palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, nos arriesgamos a ahogarnos en medio de las mil cosas de todos los días. La oración es la respiración del alma y de la vida", alertó el Santo Padre.
Cuando alguien reza, "incluso cuando nos encontramos en el silencio de una Iglesia o de nuestra habitación, estamos unidos en el Señor a numerosos hermanos y hermanas en la fe, como un conjunto de instrumentos que, manteniendo su individualidad, elevan a Dios una única gran sinfonía de intercesión, de acción de gracias y de alabanza", dijo el Papa.