SANTIAGO,
El Arzobispo de Santiago y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Ricardo Ezzati, condenó el asesinato del joven gay Daniel Zamudio que falleció el 27 de marzo tras 25 días de agonía, expresó su solidaridad para con los amigos y familiares, y pidió que se haga justicia en este caso.
Zamudio falleció luego de haber sido golpeado por cuatro jóvenes que serían miembros de un grupo neonazi. Ahora han sido acusados de homicidio calificado y podrían afrontar una pena de 40 años de cárcel.
En una declaración titulada "Por una convivencia más humana y sin violencia" dada a conocer ayer, el Arzobispo afirmó que "con justa razón, la sociedad chilena se conmueve por el fallecimiento del joven Daniel Zamudio, cuyo estado de salud seguíamos con especial cercanía y preocupación, orando a Dios por él y su familia".
El Prelado chileno señala además que "la partida de Daniel se produce en circunstancias tan dolorosas y repudiables, como es la denigración de la persona humana que se traduce en intolerancia, agresión y violencia, base sobre las cuales no se puede construir el futuro de la comunidad humana".
El Arzobispo, hablando a nombre de la Iglesia Católica en Chile, recordó que los obispos y fieles de ese país se adhieren a lo expresado en 1986 por la Congregación para la Doctrina de la Fe en la Carta a los Obispos sobre la atención pastoral a las personas homosexuales.
El texto señala que "es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen. Revelan una falta de respeto por los demás, que lesiona unos principios elementales sobre los que se basa una sana convivencia civil. La dignidad propia de toda persona siempre debe ser respetada en las palabras, en las acciones y en las legislaciones".