Santiago de Cuba,
La actitud habitualmente no confrontacional de los Obispos de Cuba respecto del régimen político de la Isla es justificada por una parte importante de los laicos comprometidos en la pastoral de la Iglesia local, en vísperas de la histórica llegada del Papa Benedicto XVI a Cuba.
ACI Prensa pudo conversar con varios laicos comprometidos con la vida diaria de la Iglesia en la ciudades de Holguín y Santiago –donde el Pontífice será bienvenido este lunes por la tarde- respecto a los comentarios provenientes de la disidencia local y del exilio, que acusan a los obispos de no tomar una actitud más firme contra el régimen de los Castro o de no utilizar su autoridad moral para presionar por una transición más rápida a la democracia.
Por lo sensible del tema, los distintos laicos hablaron libremente a condición de no ser identificados.
La realidad que presentan respecto de los obispos en su relación con el gobierno; sin embargo, es más compleja que la que usualmente se ve desde fuera.
Señalan, por ejemplo, que aunque la visita del Papa Juan Pablo II no produjo cambios políticos visibles; sí abrió una era “radicalmente distinta”, en palabras de un líder laico en Santiago.
Una laica comprometida en Holguín señala que, a diferencia de algunas comunidades católicas detrás de la Cortina de Hierro, como Polonia “las estructuras de la Iglesia Católica en Cuba desaparecieron completamente. La Iglesia perdió no sólo un sinnúmero de propiedades, sino el derecho a cualquier forma de educación, asociación u organización laical”.