GUANAJUATO,
El Papa Benedicto XVI presidió una solemne Eucaristía ante más de 600 mil personas reunidas en el Parque Bicentenario al pie del Cerro del Cubilete en Guanajuato.
En su homilía pidió a los creyentes de México y toda América Latina, tener un “corazón nuevo” y recordó que el reinado de Cristo se basa “el amor de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio”.
Tras agradecer a Mons. José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, por sus palabras de bienvenida, el Papa saludó a los obispos mexicanos y latinoamericanos, las autoridades y todos los presentes reunidos bajo el monumento a Cristo Rey que corona el Cerro del Cubilete.
El Pontífice reflexionó sobre las lecturas y el Evangelio de este domingo. Refiriéndose al Salmo 50 y el versículo “crea en mí, Señor, un corazón puro”, explicó que “esta exclamación muestra la profundidad con la que hemos de prepararnos para celebrar la próxima semana el gran misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Nos ayuda asimismo a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica”.
“Un corazón puro, un corazón nuevo, es el que se reconoce impotente por sí mismo, y se pone en manos de Dios para seguir esperando en sus promesas”, agregó.
El Papa recordó que “la historia de Israel narra también grandes proezas y batallas, pero a la hora de afrontar su existencia más auténtica, su destino más decisivo, la salvación, más que en sus propias fuerzas, pone su esperanza en Dios, que puede recrear un corazón nuevo, no insensible y engreído”.