VATICANO,
Radio Vaticana publicó la transcripción de las respuestas que el Papa Benedicto XVI dio a las preguntas de los periodistas que lo acompañan en el vuelo que lo lleva a León, México. A continuación reproducimos el texto difundido en la Santa Sede.
Primera Pregunta: México y Cuba son tierras en los que los viajes de Juan Pablo II hicieron historia ¿con qué ánimo y esperanzas sigue las huellas de su predecesor?
Benedicto XVI: "Queridos amigos: ante todo bienvenidos y gracias por acompañarme en este viaje que esperamos sean bendecido por el Señor. Y que realizo en continuidad con Juan Pablo II, recuerdo muy bien su primer viaje a México, verdaderamente histórico en una situación política confusa. Así como recuerdo el también histórico viaje a Cuba. Mi deseo es proseguir su camino y sus huellas.
Siendo cardenal estuve en México y tengo óptimos recuerdos de los mexicanos, así como cada miércoles veo la alegría de los mexicanos, percibo su cariño escucho sus aplausos... Y para mí es una gran alegría realizar este viaje que deseaba desde hace tanto tiempo. Como enseña el Concilio Vaticano II, con la Constitución pastoral Gaudium et Spes - comparto las alegrías y esperanzas de este gran país, también ante las dificultades que vive. Voy para alentar y para aprender. Para confirmar en la fe, en la esperanza y en la caridad. Y para confortar en el compromiso en favor del bien y de la lucha contra el mal ¡Esperamos en la ayuda de Dios!"
La segunda pregunta a Benedicto XVI comenzó recordando que México es un país con posibilidades maravillosas, pero que en estos años es también tierra de violencias, por el problema del narcotráfico, se habla de 50 mil muertos en los últimos cinco años ¿cómo afronta la Iglesia católica esta situación, usted tendrá palabras para los responsables, para los traficantes que a veces se profesan católicos o incluso benefactores de la Iglesia?
Benedicto XVI: "México además de todas sus grandes bellezas tiene el grave problema del narcotráfico y de la violencia. Ciertamente es una gran responsabilidad de la Iglesia católica en un país con el 80 % de católicos. Tenemos que hacer lo posible contra este mal, destructivo para la humanidad y para nuestra juventud.