LA HABANA,
A pocos días de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba, líderes de la disidencia pacífica afirmaron que las familias fueron fundamentales para mantener el catolicismo en la isla, en medio de la represión y la educación marxista-atea impulsada por el Gobierno comunista para descristianizar el país.
"En Cuba no hay escuelas católicas, las escuelas católicas han sido los hogares y las catequesis", afirmó a ACI Prensa el coordinador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Oswaldo Payá, que recordó que "el proceso de descristianización fue uno de los propósitos iniciales y que mantuvo durante décadas el régimen, porque sabían que no podían dominar al pueblo de Cuba si antes no lo vaciaban espiritualmente. Y creo que no lo han logrado gracias a las familias".
Señaló que "durante décadas la religión del Estado en las escuelas ha sido el ateísmo. Por muchos años el libro del quinto grado de lectura decía que la ciencia había demostrado que Jesucristo no había existido. Es decir hasta falsificaban la historia".
Dijo que este proceso provocó que en un momento solo fueran "alrededor de 40 mil personas las que íbamos a Misa el domingo, pues éramos marcados, señalados en las escuelas, en las universidades, los centros de trabajo".
"Era una política sistemática antirreligiosa y apoyada por todos los mecanismos de represión del régimen totalitario. Pero la Iglesia siguió evangelizando, seguimos enseñando el Catecismo a pesar que no eran muchos los niños que iban a las iglesias", relató.
José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), coincidió al destacar la importancia de la familia católica, pues su hija, que ya está por acabar la secundaria, "sigue recibiendo una educación atea, marxista, contraria a los principios cristianos".