VATICANO,
En su habitual catequesis de la audiencia general, el Papa Benedicto XVI reflexionó hoy sobre la oración de Jesús antes de morir y alentó a los fieles no tener miedo a "gritarle" a Dios los sufrimientos y las penas del corazón, ya que siempre los escucha y nunca abandona, aunque a veces "pareciera" que no lo hace o que estuviera ausente.
Ante miles de fieles de distintas partes del mundo reunidos en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa señaló que así como Jesús en la cruz gritó "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", los fieles pueden acercarse intensamente al Padre
"Esto sucede también en nuestra relación con el Señor: ante las situaciones más difíciles y dolorosas, cuando parece que Dios no escucha, no debemos tener miedo de confiarle todo el peso que llevamos en el corazón, ni de gritarle nuestro sufrimiento", dijo el Papa.
"Jesús reza en el momento del último rechazo por parte de los hombres, en el momento del abandono; reza convencido de la presencia de Dios Padre, también en esta hora en la que siente el drama humano de la muerte. Pero en nosotros surge una pregunta: ¿cómo es posible que un Dios tan potente no intervenga para impedir que su Hijo pase esta prueba terrible?".
Benedicto XVI dijo que "es importante comprender que la oración de Jesús no es el grito de quien va desesperado al encuentro con la muerte, y tampoco el grito de quien sabe que lo han abandonado. Jesús, en ese momento, hace suyo el Salmo 22, el salmo del pueblo de Israel que sufre y, de este modo, carga sobre sí no solo la pena de su pueblo, sino también la de todos los hombres oprimidos por el mal, y los lleva al corazón de Dios con la certeza de que su grito será escuchado en la resurrección".
"Es el suyo un sufrimiento en comunión con nosotros y por nosotros, que deriva del amor y lleva ya en sí la redención, la victoria del amor", añadió.