VATICANO,
El Papa Benedicto XVI señaló que la renovación de la fe debe ser prioritaria en los trabajos de la Iglesia Católica en nuestros días en los que se vive una grave crisis de fe, en su discurso a los participantes de la asamblea plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Santo Padre agradeció a los miembros del dicasterio que trabaja para la realización del Año de la Fe, que comenzará en octubre de este año y finalizará en noviembre de 2013, y que estará centrado en la difusión del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica.
El Papa dijo al iniciar su discurso que "en vastas zonas de la Tierra la fe corre el peligro de apagarse como una llama que ya no es alimentada. Estamos ante una profunda crisis de fe, una pérdida del sentido religioso que constituye el mayor desafío para la Iglesia actual".
"Por tanto, la renovación de la fe debe tener la prioridad en el esfuerzo de la Iglesia entera en nuestros días. Espero que el Año de la fe pueda contribuir a hacer de nuevo presente a Dios en este mundo, y a abrir a los hombres el acceso a la fe, a confiar en ese Dios que nos ha amado hasta el final en Jesucristo".
Para Benedicto XVI, la cuestión de la unidad de los cristianos está estrechamente relacionada con esta tarea; por ello, quiso detenerse a considerar algunos aspectos doctrinales referentes al camino ecuménico de la Iglesia.
Al respecto el Papa dijo que "hoy podemos constatar que los diálogos ecuménicos han dado numerosos frutos buenos; pero debemos reconocer también que el riesgo de un falso irenismo y de un indiferentismo, del todo ajenos a la mentalidad del Concilio Vaticano II, exige nuestra vigilancia".