VATICANO,
El Papa Benedicto XVI aseguró que la Iglesia necesita más que nunca de sacerdotes que con su vida den un testimonio creíble de santidad y explicó que para ello urge que los seminaristas reciban una profunda formación en los temas de fe y tengan una intensa vida espiritual.
El Santo Padre hizo esta afirmación al recibir esta mañana a los superiores y seminaristas de los Seminarios Pontificios regionales italianos Umbro Pio XI, de Asís; San Pío X, de Catanzaro; y el Campano, de Nápoles por el centenario de su fundación, que formó parte de la obra de mejora de la formación de los candidatos al sacerdocio llevada a cabo por los papas San Pío X y León XIII.
En su discurso, el Papa recordó unas palabras del Beato Juan XXIII: "Antes que sacerdotes cultos, elocuentes, puestos al día, se requieren sacerdotes santos y santificadores". Agregó que esta afirmación del Beato "es todavía actual, porque en toda la Iglesia es más fuerte que nunca la necesidad de operarios del Evangelio que sean testigos creíbles y promotores de santidad con su propia vida".
Refiriéndose a la formación de los seminaristas, Benedicto XVI subrayó que el contexto cultural de hoy exige "una sólida preparación filosófico-teológica". Deben conocer y comprender "la estructura interna de la fe en su totalidad, de modo que ésta se convierta en respuesta a las preguntas de los hombres".
"Además, el estudio de la teología debe mantener siempre un fuerte nexo con la vida de oración. Es indispensable la integración armoniosa del ministerio, con sus múltiples actividades, y la vida espiritual del presbítero", afirmó.
En este punto, citó su Carta a los seminaristas de octubre 2010, en la que escribió que "para el sacerdote, que tendrá que acompañar a los demás a lo largo del camino de la vida y hasta la puerta de la muerte, es importante colocar en justo equilibrio corazón e intelecto, razón y sentimiento, cuerpo y alma, y ser humanamente íntegro".