MADRID,
A dos años del terrible terremoto que sacudió a Haití el 12 de enero de 2010 y que cobró la vida de más de 200 mil personas, aún son muchas las cosas que quedan por hacer en este país, uno de los más pobres del mundo.
Puerto Príncipe fue una de las zonas más afectadas por el terremoto en el que también falleció el entonces Arzobispo Serge Miot. Sin embargo, miles de personas fueron a la capital en busca de ayuda y de una oportunidad para sobrevivir.
Según informa la Oficina de los Salesianos en Madrid, cerca de 600 mil personas se encuentran aún en los campos de desplazados por haberse quedado sin casa y menos del 25 por ciento de los escombros han sido removidos, según informes del PNUD. Además, el cólera mató a más de 7 mil personas en 2011.
El economista haitiano Camille Chalmers recordó que antes del terremoto más del 80 por ciento de la población vivía en la pobreza y el 50 por ciento no sabía leer ni escribir: "Haití no es un país destrozado por el terremoto de enero de 2010, es un país expoliado desde mucho antes", indicó.
Por su parte, los misioneros salesianos que trabajan en el país dijeron que "Haití es un país fuerte y el terremoto nos da la oportunidad de construir un país mejor".
Más de 23 mil niños y jóvenes y más de 1.200 profesores ya han vuelto a las aulas en los centros educativos salesianos de Haití.