WASHINGTON,
El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, llamó a los fieles a ser compasivos con los que pasan dificultades y a tener esperanza en la vida eterna, pero recordó que esta no es una excusa "para tolerar la injusticia o lo que ofende a la dignidad humana".
"La esperanza cristiana nunca es una preocupación egoísta por nuestra propia salvación. No es esperanza por un mundo imaginario en un futuro lejano (…). Nuestra esperanza por el cielo nos llevas a buscar los valores del cielo aquí en la tierra, para construir una ciudad de amor y verdad, y una ciudad terrena digna para los hijos de Dios", afirmó en su reciente columna en el semanario Vida Nueva.
Mons. Gómez señaló que su alegría por el tiempo de Adviento "está mesurada con alguna tristeza", debido a que muchas personas "no tienen trabajo o no tienen suficiente trabajo para vivir decentemente. Muchos han visto sus familias destruidas y están viviendo en pobreza a causa de su situación migratoria incierta".
Sin embargo, recordó que "el Adviento trae un mensaje de alegre esperanza para cada uno de nosotros". "¡Dios está con nosotros! ¡Esta es la verdad más consoladora que jamás hemos conocido! En su plan de amor, él ha entrado en nuestra historia, y él ha entrado en la vida de cada uno de nosotros", afirmó.
"Nuestro Dios viene a nosotros como un niño inesperado; como un refugiado forzado a emigrar a Egipto con su familia; como un hombre que trabajó con sus manos; como uno que amó a sus amigos y a su familia; como uno que conoció el hambre y la sed; como uno que sufrió por la causa de Dios –para mostrarnos la senda de la vida y para abrir la puerta del Cielo para nosotros", añadió.
Mons. Gómez afirmó que Cristo vino en tiempos difíciles. "Él experimentó cada dificultad que nosotros podemos conocer. Él fue igual a nosotros en todas las cosas, excepto en el pecado. Él nos dio el ejemplo de una actitud positiva sobre la vida. ¡Y él cambió el mundo!", aseguró.