VATICANO,
Al recibir esta mañana las cartas credenciales de 11 nuevos embajadores no residentes ante la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI resaltó que la justicia y la solidaridad con dos valores esenciales que no pueden separarse del desarrollo humano integral.
En su discurso en francés a todos los representantes, el Santo Padre indicó que "en nuestros días, la unidad de la familia humana es un hecho innegable. Debido a los medios de comunicación que unen todas las regiones del planeta, al transporte que facilita los intercambios humanos, a los vínculos comerciales que hacen a las economías interdependientes, a problemas de envergadura global como la protección del medio ambiente y a la importancia de los flujos migratorios, los seres humanos han tomado conciencia de su destino común".
"La humanidad debe descubrir en esta interdependencia no una amenaza, sino una ventaja: todos somos responsables de todos, por lo cual es importante tener un concepto positivo de la solidaridad ya que es la palanca del desarrollo humano integral".
Entre los ámbitos propios de la solidaridad, el Papa resaltó el de "la solidaridad intergeneracional", que hunde sus raíces en la familia, y afirmó que la preocupación por la educación y el destino de las generaciones futuras se traduce en "un avance significativo en la percepción de la unidad del género humano".
El Santo Padre subrayó luego que la "responsabilidad común" por el bien de la humanidad no se contrapone a la diversidad cultural y religiosa, y que "el pluralismo de culturas y religiones no está en contradicción con la búsqueda común de la verdad, la bondad y la belleza".
"La Iglesia, iluminada y sostenida por luz de la Revelación anima a la humanidad a fiarse de la razón purificada por la fe que entonces es capaz de superar los condicionamientos de parte o interesados, para reconocer los bienes universales necesarios para todos los seres humanos", prosiguió.