VATICANO,
En la catequesis de la audiencia general de este miércoles, continuando el ciclo de la oración de Jesús, el Papa Benedicto XVI alentó a los cristianos a seguir el ejemplo del Señor y de la Virgen para hacerse "pequeños" con la pureza de corazón y así aceptar con alegría el plan de Dios.
En el Aula Pablo VI y ante miles de fieles presentes, el Santo Padre se refirió al llamado "Himno de Júbilo del Mesías", la plegaria de Jesús transmitida por los evangelistas Mateo y Lucas que constituye "el ápice de un camino de oración en que emerge claramente la profunda e íntima comunión de Jesús con la vida del Padre, en el Espíritu Santo, y su filiación divina".
Ya al principio del himno, observó el Papa, Jesús se dirige a Dios llamándolo Padre, un término que expresa "la conciencia y la certeza de Jesús de ser ‘el Hijo’ en íntima y constante comunión con Él. Este es el punto central y la fuente de toda oración de Jesús".
"El nombre de ‘Padre’ es seguido por un segundo título: ‘Señor del cielo y la tierra’, que recuerda la gran narración bíblica de la historia de amor de Dios por el ser humano comenzada con la creación" en la que Jesús "es la cumbre y la plenitud de esta historia de amor".
"A través de la expresión ‘Señor del cielo y la tierra’ también reconocemos cómo en Jesús, el revelador del Padre, se vuelve a abrir para el hombre la posibilidad de acceso a Dios", agregó.
"La revelación divina –explicó el Papa– no acontece siguiendo la lógica terrenal, según la cual son los hombres cultos y potentes los que poseen los conocimientos importantes que transmiten luego a la gente más sencilla. El estilo de Dios es otro: los destinatarios de su comunicación son los ‘pequeños’. Y ¿cuál es la ‘pequeñez’, que abre el ser humano a la intimidad filial con Dios y a aceptar su voluntad?"