SAN JUAN,
Ante las presiones de los grupos anti-vida, el Arzobispo de San Juan (Puerto Rico), Mons. Roberto González Nieves, rechazó el aborto y afirmó que el país necesita una cultura de la vida donde se respete la dignidad de la persona, empezando por los más débiles e inocentes.
Esta postura la expresó luego que el Senado de Puerto Rico aprobase a fines de octubre el proyecto de Código Penal que prohíbe el aborto, y que generó la ira de los sectores abortistas.
En aquella ocasión, Mons. González Nieves recordó que el derecho a la vida no está subordinado ni a los individuo, ni a los padres, sino que pertenece a la naturaleza humana y es inherente a la persona "en virtud del acto creador que la ha originado", y por tanto debe ser respetado por la sociedad y la autoridad política.
"El asesinato de una criatura en el vientre materno jamás puede ser considerado como un derecho y menos como uno de carácter fundamental. El derecho que se debe proteger y tutelar es el de la vida, dentro o fuera del vientre materno", afirmó.
Sin embargo, su postura contra el aborto generó que semanas antes, el 28 de septiembre, un grupo de abortistas se manifestaran frente a la Catedral para exigir la despenalización de esta práctica.
Mons. González Nieves, que en ese momento se encontraba en Greccio (Italia), envió un mensaje en el que reafirmó que "para la Iglesia Católica, el asunto del aborto, más allá de ser una cuestión religiosa, es una cuestión de derechos humanos (…). Puerto Rico, para ser fiel a su identidad nacional y a sus raíces cristianas, necesita tener una cultura de la vida".