COTONOU,
En su discurso esta tarde (hora local) en la Catedral de Cotonou, el Papa Benedicto XVI destacó que la misericordia de Dios es infinita y es prueba también de la fidelidad divina a la alianza que ha hecho con cada bautizado.
En la Catedral Nuestra Señora de la Misericordia y ante obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos, el Santo Padre resaltó que "la historia de la salvación, que culmina en la encarnación de Jesús y tiene su pleno cumplimiento en el misterio pascual, es una revelación conmovedora de la misericordia de Dios".
El Papa dijo que "la misericordia divina no consiste sólo en la remisión de nuestros pecados; consiste también en que Dios, nuestro Padre, a veces con dolor, tristeza o miedo por nuestra parte, nos devuelve al camino de la verdad y de la luz, porque no quiere que nos perdamos".
"Esta doble manifestación de la misericordia de Dios muestra lo fiel que es Dios a la alianza sellada con todo cristiano en el bautismo. Al releer la historia personal de cada uno y la de la evangelización de nuestros países, podemos decir con el salmista: ‘cantaré eternamente las misericordias del Señor’".
El Papa también se refirió a la misión de la Virgen María, Madre de la Misericordia, quien por esta participación en el plan de salvación y por su "sí" al Señor, "ha recibido el privilegio de socorrernos siempre y en todo lugar".
"Bajo el amparo de su misericordia, sanan los corazones quebrantados, se vencen las acechanzas del Maligno y los enemigos se reconcilian. En María, no sólo tenemos un modelo de perfección, sino también una ayuda para lograr la comunión con Dios y con nuestros hermanos y hermanas", dijo el Papa.