COTONOU,
En medio de un gran ambiente de fiesta y en su primer discurso en Benin (África), adonde llegó esta tarde (hora local), el Papa Benedicto XVI explicó la manera adecuada de avanzar hacia la modernidad y recordó que Dios confía en el hombre y desea siempre su bien.
En el aeropuerto internacional de Cotonou y luego de ser recibido por el Nuncio en Benin, Mons. Michael Blume; el Arzobispo de Cotonou, Mons. Antoine Ganyé, y el presidente de la República, Sr. Thomas Yayi Boni, el Santo Padre explicó las razones de su viaje.
La invitación del Presidente en el marco de los 150 años de la evangelización del país, la entrega a los obispos de la exhortación apostólica post-sinodal Africae munus (El compromiso de África) y el deseo del Papa de visitar la tumba de su amigo el Cardenal Bernardin Gantin "para rezar (…) y para agradecer a Benin el haber dado a la Iglesia a este hijo eminente".
El Santo Padre explicó luego la importancia de la historia y la tradición de Benin, que deben ser tenidas en cuenta en la transición "que se está produciendo actualmente de la tradición a la modernidad".
"No se ha de temer a la modernidad, pero tampoco se puede construir olvidando el pasado. Debe ir acompañada de la prudencia para el bien de todos, evitando los escollos que hay en África, lo mismo que en otras partes, como la sumisión incondicional a las fuerzas del mercado o las finanzas, el nacionalismo o tribalismo exacerbado y estéril, que puede llegar a ser funesto, la politización extrema de las tensiones interreligiosas en detrimento del bien común o, finalmente, la erosión de los valores humanos, culturales, éticos y religiosos".
La transición a la modernidad, explicó el Papa, "debe estar guiada por criterios seguros basados en las virtudes reconocidas, como las citadas en vuestro lema nacional, pero también aquellas enraizadas en la dignidad, la grandeza de la familia y el respeto de la vida".