VATICANO,
El Papa Benedicto XVI recordó en un mensaje dado a conocer hoy que la familia, constituida sobre la base del matrimonio entre un hombre y una mujer, presta un maravilloso servicio a la sociedad y a la misión de la Iglesia.
El mensaje ha sido enviado al Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y Arzobispo de Guayaquil, Mons. Antonio Arregui Yarza, con motivo del II Congreso Nacional de la Familia en el Ecuador, que comenzó ayer y se clausurará próximo día 12 de noviembre.
El Papa explicó que "el tema del Congreso, ‘La familia ecuatoriana en misión: el trabajo y la fiesta al servicio de la persona y del bien común’, reconoce que la familia, nacida del pacto de amor y de la entrega total y sincera de un hombre y una mujer en el matrimonio, no es una realidad privada, encerrada en sí misma".
Tras resaltar que la familia "presta un servicio maravilloso y decisivo al bien común de la sociedad y a la misión de la Iglesia", el Papa resaltó que "con razón se puede afirmar que de la salud y calidad de las relaciones familiares depende la salud y calidad de las mismas relaciones sociales".
"En este sentido, el trabajo y la fiesta atañen particularmente y están hondamente vinculados a la vida de las familias: condicionan sus elecciones, influyen en las relaciones entre los cónyuges y entre los padres e hijos, e inciden en los vínculos de la familia con la sociedad y con la Iglesia".
A través del trabajo, escribe el Papa Benedicto, "el hombre se experimenta a sí mismo como sujeto, partícipe del proyecto creador de Dios. De ahí que la falta de trabajo y la precariedad del mismo atenten contra la dignidad del hombre, creando no sólo situaciones de injusticia y de pobreza, que frecuentemente degeneran en desesperación, criminalidad y violencia, sino también crisis de identidad en las personas".