VATICANO,
La Asamblea especial para América del Sínodo de los Obispos expresó su preocupación por la propagación de la pobreza y la violencia y la difusión de valores antivida en el continente, y que son "resultados negativos de la influencia del proceso de secularización que se extiende de Norte a Sur".
Los prelados expresaron esta preocupación durante la 16° reunión del Consejo especial de la Secretaría General realizado el 27 y 28 de octubre. En una nota difundida este viernes, indicaron que a la luz de la Exhortación post-sinodal Ecclesia in América, se abordó la nueva evangelización, el diálogo interreligioso y a la situación social y eclesial.
En ese sentido, indicaron que en el ámbito ecuménico e interreligioso se ha detectado, en algunos casos, "la interferencia del Estado que, si por una parte se proclama laico, por la otra mantiene en la práctica una línea de conducta orientada a considerar a la Iglesia Católica como una de las muchas confesiones religiosas", ignorando de esta manera su papel en la formación de la identidad de los países.
"Del mismo modo, siguiendo la estrategia de las autoridades civiles, el diálogo ecuménico e interreligioso se sustituye por el concepto genérico de ‘relaciones interreligiosas’. De esta manera, todas las religiones no sólo se consideran fenómenos de naturaleza espiritual de la misma entidad, sino que se pretende considerar a la religión como una herramienta al servicio de la vida política".
En cambio, indicaron, "la Iglesia en América está decidida a continuar con las actividades ecuménicas e interreligiosas en la línea pastoral trazada por el Concilio Vaticano II y el Magisterio sucesivo".
Los obispos destacaron las buenas relaciones con otras confesiones cristianas y no cristianas. Señalaron que en cuanto a las religiones indígenas anteriores a la evangelización, la Iglesia "trata de buscar elementos compatibles con el Evangelio para purificarlas e integrarlas convenientemente en la vida de las comunidades eclesiales locales".