LONDRES,
La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales alertó que en Reino Unido se está dando una discriminación religiosa indirecta en los centros de trabajo, donde se ha despedido a dos trabajadoras por llevar un crucifijo en el cuello.
Las afectadas son Nadia Eweida, azafata de la compañía aérea British Airways; y Shirley Chaplin, enfermera, ambas suspendidas de sus trabajos por llevar una cruz.
También está el caso de Lilian Ladele, despedida de la administración municipal por negarse a oficiar "matrimonios homosexuales"; y Gary McFarlane, terapeuta expulsado de su trabajo por no querer ofrecer terapia sexual a parejas homosexuales.
En un comunicado del Departamento de Responsabilidad Cristiana y Ciudadanía del Episcopado, citado por la agencia AICA, los obispos señalaron que los tribunales no aplicaron correctamente los principios de la ley sobre derechos humanos y paridad en el caso de esos cuatro ciudadanos que sufrieron discriminación en sus puestos de trabajo porque manifestaron su fe en público.
El comunicado recordó que el artículo 9 del Convenio para la protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales indica que toda persona tiene derecho a "manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, por medio del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos".
También reconoce que "la libertad de manifestar su religión o sus convicciones no puede ser objeto de más restricciones que las que, previstas por la ley, constituyan medidas necesarias, en una sociedad democrática, para la seguridad pública, la protección del orden, de la salud o de la moral públicas, o la protección de los derechos o las libertades de los demás".