VATICANO,
El Papa Benedicto XVI recibió este lunes las cartas credenciales del nuevo embajador de Brasil ante la Santa Sede, Almir Franco de Sá Barbuda, ante quien pidió que en el país sudamericano se respete la libertad religiosa en la vida pública y no se le relegue a la esfera privada.
El Papa recordó la larga historia de relación diplomática entre los dos estados y la identidad católica de Brasil, testimoniada en “tantas ciudades bautizadas con nombres de santos y numerosos monumentos religiosos, algunos de los cuales simbolizan en todo el mundo a ese país, como es el caso de la estatua del Redentor en Río de Janeiro”.
Indicó que un capítulo importante es el acuerdo firmado entre la Santa Sede y el Gobierno brasileño en 2008 que “sella oficial y jurídicamente la independencia y la colaboración entre estas dos realidades”.
Por ello, expresó su deseo de que el Estado reconozca que “una sana laicidad no debe considerar la religión como un simple sentimiento individual relegado a la esfera privada, sino como una realidad que, al estar organizada en estructuras visibles, necesita que la comunidad pública reconozca su presencia”.
“Por lo tanto compete al Estado garantizar la posibilidad de libre ejercicio del culto de cada confesión religiosa, así como sus actividades culturales, educativas y caritativas, cuando no sean contrarias a la moral y al orden público”.
“Ahora bien, la contribución de la Iglesia no se limita a iniciativas concretas de asistencia, humanitarias o educativas, sino que apunta, sobre todo, al crecimiento ético de la sociedad, impulsado por las múltiples manifestaciones de la apertura a la trascendencia y por medio de la formación de las conciencias para cumplir con los deberes de la solidaridad”.