VATICANO,
En su reflexión previa al ángelus de este domingo, el Papa Benedicto XVI propuso a Cristo como auténtico, coherente y fiel Maestro de amor a quien los católicos deben seguir e imitar en la vida cotidiana para dar un testimonio eficaz.
En la Plaza de San Pedro y ante miles de fieles, el Santo Padre recordó que en la liturgia de hoy, "el apóstol Pablo nos invita a acercarnos al Evangelio ‘no como palabra de hombres, sino como lo que es verdaderamente, Palabra de Dios’. De este modo podemos recibir con fe las amonestaciones que Jesús dirige a nuestra conciencia, para asumir un comportamiento acorde a ellas".
En el Evangelio, prosiguió, el Señor "reprocha a los escribas y fariseos, que tenían en la comunidad un papel de maestros, porque su conducta estaba abiertamente en contraste con la enseñanza que proponían a los demás con rigor".
"La actitud de Jesús es exactamente la opuesta a la de ellos: Él es el primero que practica el mandamiento del amor, el que enseña a todos, y puede decir ‘porque mi yugo es suave y ligera mi carga’ y nos ayuda a llevarla junto a Él".
El Papa resaltó luego que Cristo, el Señor, "¡es nuestro verdadero y único Maestro! Estamos, por lo tanto, llamados a seguir al Hijo de Dios, el Verbo encarnado que expresa la verdad de su enseñanza a través de la fidelidad a la voluntad del Padre, mediante el don de sí mismo".
Benedicto XVI destacó además que "Jesús condena firmemente también la vanagloria y observa que ‘obrar para ser vistos por los hombres’ coloca a la persona en manos de la aprobación humana, socavando los valores en los que se basa la autenticidad de la persona".