SANTIAGO,
El Secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización en el Vaticano, Arzobispo Octavio Ruiz Arenas, señaló en una reciente conferencia las claves de este proceso alentado por el Beato Papa Juan Pablo II y ahora por Benedicto XVI, especialmente con este nuevo dicasterio del que hace parte el Prelado.
En una ponencia dada el 21 de octubre en Santiago de Chile a un grupo de jóvenes misioneros en la Universidad Católica, el también Arzobispo Emérito de Villavicencio (Colombia) recordó que "la misión fundamental de la Iglesia es la evangelización, que tiene como fin último el anuncio claro de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre".
Este anuncio, dijo el Prelado, "ha de llevar a una adhesión de corazón, a un seguimiento del Señor Jesús, para que acogiendo esa Palabra de vida, la persona se convierta en alguien que da testimonio y anuncia, en otras palabras: quien ha sido evangelizado debe evangelizar también"
Esta tarea es especialmente importante ante una serie de desafíos como el hecho de que "en muchos países de antigua tradición cristiana, se ha ido perdiendo la fe y se han dejado envolver por un ambiente secularista, en el que se quiere excluir a Dios de la vida de las personas, marginar a la Iglesia de la actividad pública y vivir en una gran indiferencia religiosa".
"Se trata, en concreto, de países y naciones en el que el bienestar económico y el consumismo –si bien entremezclado con espantosas situaciones de pobreza y miseria– inspiran y sostienen una existencia vivida ‘como si no hubiera Dios’", advirtió.
El concepto de Nueva Evangelización, explicó el Arzobispo, surgió "como tal durante la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Puebla (México)". Con este nuevo criterio, la tarea de la Iglesia también es forjar "una evangelización de la cultura y de manera especial una nueva cualidad de evangelización, que comience a nivel de las persona, de la familia y de la parroquia, para afrontar el amplio fenómeno de la secularización"