ROMA,
Con motivo de la edición del Domingo Mundial de las Misiones 2011, el Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, recordó que la labor misionera es una prolongación de la celebración de la JMJ de Madrid, donde se visualizó de forma realmente especial la universalidad de la Iglesia.
"En aquella gran asamblea, tuvimos ocasión de contemplar una Iglesia hija, a la vez que madre de las misiones. Todos aquellos jóvenes llegados de los lugares más recónditos del planeta para celebrar la JMJ, eran fruto de ese mandato misionero de Cristo: ‘Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio’. Pero aún más, eran también jóvenes ‘en misión’: estaban misionando a una sociedad secularizada, al mismo tiempo que discernían sobre el modo en que Dios espera que vivan en el futuro su vocación misionera", afirmó en un artículo titulado "DOMUND y JMJ: Ensayo de un mundo sin fronteras",.
Mons. Munilla explicó que para comprender la naturaleza del católico misionero es necesario tener "el convencimiento de que el verdadero motor de la vida no es el dinero, ni el poder, ni el placer. El verdadero motor de la vida es el Espíritu Santo", y saber que "la experiencia de que las misiones en el seno de la Iglesia, son como un auténtico ensayo de un mundo sin fronteras".
Mons. Munilla elogió la labor evangelizadora que miles de peregrinos llegados de toda Latinoamérica ejercieron sobre la juventud secularizada de España. Y señaló que la misión del cristiano no puede tener fronteras, sino que debe seguir un camino de doble sentido, "buena muestra de ello son los muchos misioneros españoles que continúan sosteniendo la labor misionera en América, al mismo tiempo que España está siendo misionada desde el nuevo continente".
Antes de llegar a la JMJ, un grupo de mexicanos predicaba la buena noticia por las calles de una población cercana a Madrid fue increpado por un grupo de españoles. Mons. Munilla explicó que la respuesta de aquellos mexicanos fue tan valiente como humilde: "Nosotros acogimos la fe que sus antepasados nos predicaron, y ahora, cuando menos, les corresponde a ustedes escucharnos a nosotros".
El Prelado apuntó además, que no debemos olvidar el Decreto "Presbyterorum Ordinis" del Concilio del Vaticano II por el que todas las diócesis están llamadas a compartir generosamente los sacerdotes y misioneros.