VATICANO,
Al presidir la catequesis de la Audiencia General esta mañana ante unas 20 mil personas en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI instó a recordar que "mientras que el hombre olvida fácilmente, Dios permanece fiel".
El Santo Padre explicó que "la memoria se convierte en fuerza de la esperanza. La memoria nos dice: Dios existe, Dios es bueno, su misericordia es eterna. Y así la memoria abre hasta en la oscuridad de un día, de un momento, de un camino hacia el futuro: Es la luz y la estrella que nos guía. También tenemos un recuerdo del bien, del amor misericordioso y eterno de Dios".
A través del Salmo 135, llamado el "Gran Hallel" –el himno de alabanza a Dios que se cantaba tras la cena de Pascua y que probablemente recitó también Jesús en la Última Cena– el Papa invitó a proclamar las maravillas que Dios ha hecho a lo largo de la historia de salvación, respondiendo a modo de letanía con el motivo de la alabanza: "Porque es eterna su misericordia".
El Papa recordó que "la historia de Israel está atravesada por momentos de alegría, de plenitud de vida, de conciencia de la presencia de Dios y de su salvación, pero también está marcada por episodios de pecado, por periodos de penosa oscuridad y de profunda aflicción. Y han sido muchos los adversarios de los que el Señor ha liberado a su pueblo".
En el salmo se recuerdan estos acontecimientos, en especial el exilio en Babilonia, con la destrucción de Jerusalén, "cuando Israel parecía haber perdido todo, incluso su propia identidad, también la confianza en el Señor. Pero Dios se acuerda y libera. La salvación de Israel y de todos los hombres está ligada a la fidelidad del Señor".
"Mientras que el hombre olvida fácilmente, Dios permanece fiel: su memoria es el cofre precioso que guarda esa ‘misericordia eterna’ que canta nuestro salmo", añadió.