ROMA,
Con ocasión del encuentro "Nuevos evangelizadores para la nueva evangelización" organizado por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, la Hermana Sor Verónica Berzosa, fundadora y superiora de la joven congregación de vida contemplativa Iesu Communio, afirmó desde el Vaticano que "el hombre, si no vive abrazado a Dios y a su voluntad, no logra saber quién es, ni a dónde va".
El 15 de octubre, desde el aula Pablo VI del Vaticano y ante ocho mil personas, la Hermana Verónica, explicó cómo las jóvenes de su comunidad dedican su vida a la nueva evangelización.
Relató cómo desde su convento de la Aguilera en Burgos (España), dialogan con los jóvenes desorientados que no conocen a Dios. Señaló que muchos se maravillan al ver la felicidad de sus hermanas y afirman estar desesperanzados por concebir el cristianismo como un obstáculo para alcanzar la felicidad y por ver a Dios como un enemigo que coarta la libertad.
"Ni la imposición ni el avasallamiento son propios de Dios, y éste sale al encuentro de la libertad humana invitándola a abrirse a su don: Si conocieras el don de Dios…, tú le pedirías, y Él te daría…Su atracción es su amor", explican las hermanas a estos jóvenes.
"Decimos tener pánico al sufrimiento y a la muerte. Pero ¿acaso no tenemos miedo a vivir al no encontrar el sentido de la vida ni su valor y, por tanto, no somos capaces de afrontar los acontecimientos diarios?", cuestionó.
La Hermana Verónica explicó que el testimonio que nace de su experiencia evangelizadora "es sencillamente haber quedado totalmente cautivadas por el don incomparable de ser cristianos, por la belleza de vida de tantos cristianos que con su forma de vivir señalan al misterio de Jesucristo que enamora y arrebata el corazón como inseparable vivir". Y recordó que "en la humanidad de Cristo obediente y plenificado por el don del Espíritu, los creyentes descubren su identidad, su vocación, su misión y su destino".