ROMA,
El Director de la Sala de Prensa del Vaticano, P. Federico Lombardi, deploró la violencia y la destrucción de un crucifijo y una imagen de la Virgen de Lourdes durante la manifestación de los "indignados" en Roma que se sumaron la protesta mundial (15-O) de este movimiento surgido en España.
El sábado 15 de octubre un grupo de vándalos en Roma saquearon tiendas y bancos, quemaron vehículos y se enfrentaron a las fuerzas del orden. Hacían parte de una manifestación que comenzó en la Plaza de la República y que terminó en la Plaza San Juan de Letrán en la Ciudad Eterna.
El P. Lombardi dijo el 16 de octubre sobre estos hechos que "la violencia ocurrida ayer en Roma es inaceptable e injustificada. Condenamos toda la violencia y también aquella contra los símbolos religiosos".
La manifestación del sábado era parte de la iniciativa mundial que unió a cientos de ciudades como Barcelona, Nueva York, Sydney, entre otros, en donde los "indignados" protestaron por "un cambio global" de la situación económica, política y social.
La cruz y la imagen de la Virgen de Lourdes que destruyeron los desadaptados en Roma se encontraban en la antigua parroquia de los Santos Marcelino y Pedro en Letrán.
El diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR) recoge en su edición para el 18 de octubre las declaraciones del Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Cardenal Angelo Bagnasco, quien dijo que "no podemos no expresar nuestro total rechazo por la violencia organizada por facinerosos que han turbado a muchos que intentaban manifestar de modo pacífico sus preocupaciones".