VATICANO,
El Papa Benedicto XVI explicó esta mañana que ante las crisis laboral, económica y de la institución familiar que afectan a un gran sector de la población mundial, es necesaria una síntesis armónica entre la familia y el trabajo que esté basada en la caridad, en el amor.
Al recibir el sábado 15 de octubre en audiencia a los participantes del Convenio Internacional "Familia, Cometido: Superar la crisis con nuevas formas de solidaridad. A veinte años de la Centesimus annus", promovido por la Fundación Centesimus Annus-Pro Pontífice, Benedicto XVI recordó que en la doctrina católica se plantea el camino para combatir las crisis económica, laboral y familiar actuales.
El Papa dijo que los cristianos "tienen el deber de denunciar el mal, de testimoniar y tener vivos los valores en los que se funda la dignidad de la persona, y de promover aquellas formas de solidaridad que favorecen el bien común, para que la humanidad se haga cada vez más la familia de Dios".
Tras recordar que este año se cumplen 120 años de la encíclica social Rerum Novarum de León XIII, 20 años de la encíclica Centesimus Annus de Juan Pablo II escrita en el centenario de la Rerum Novarum, y 30 años de la exhortación apostólica Familiaris Consortio también del Papa Wojtyla, Benedicto XVI resaltó la riqueza y el aporte de la Iglesia sobre estos temas.
El Papa destacó que "a pesar de las mutaciones en las condiciones externas no ha cambiado el patrimonio interno del Magisterio Social que promueve siempre a la persona humana y la familia, en su contexto de vida, y también de su cometido".
"Los conflictos de pareja, aquellos generacionales, aquellos del tiempo con la familia y el trabajo, la crisis laboral, crean una compleja situación de incomodidad que influencia en el vivir social. Y por ello, es necesario una nueva síntesis de armonía entre familia y trabajo, a la que la doctrina social de la Iglesia puede ofrecer su contribución", indicó el Santo Padre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano.