VATICANO,
El Papa Benedicto XVI dedicó su habitual catequesis de la audiencia general de los miércoles al salmo 23 (22 en la tradición greco-latina), que comienza con las palabras "el Señor es mi pastor: nada me falta", y recordó que la "cercanía de Dios transforma la realidad, el valle oscuro deja de ser peligroso, se vacía de amenazas".
El Papa recordó que en este salmo "se expresa la confianza en el Señor que, como Buen Pastor, guía y protege de todo peligro".
Hablando en español, explicó que "la figura del pastor, y las imágenes contenidas en este salmo, han acompañado la historia y la experiencia religiosa del pueblo de Israel. Sin embargo, toda la fuerza evocativa de este salmo se cumple y llega a su plenitud con Jesucristo".
"Efectivamente, Él es el Buen Pastor que sale en busca de la oveja perdida, Él es el camino que nos lleva a la vida, la luz que ilumina el valle oscuro y elimina nuestros temores. Él es el anfitrión generoso que nos acoge y pone a salvo preparándonos la mesa de su cuerpo y su sangre. Él es el Pastor-Rey, manso y misericordioso, entronizado sobre el árbol glorioso de la cruz".
"Este salmo nos invita, pues, a renovar nuestra confianza en Dios, abandonándonos completamente en sus manos. Pidamos con fe al Señor que nos conceda caminar siempre siguiendo sus pasos, que nos acoja en su casa, en torno a su mesa y nos conduzca hacia las ‘aguas tranquilas’, para que, recibiendo el don de su Espíritu, bebamos de la fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna", agregó en el resumen de la catequesis en español.