VATICANO,
Al despedirse esta mañana de las comunidades y autoridades de la localidad de Castel Gandolfo en donde transcurrió una temporada de reposo durante el verano europeo, el Papa Benedicto XVI expresó su esperanza de que "el Señor, rico en bondad y misericordia, que nunca deja sin su ayuda a quienes confían en Él".
A los presentes, entre los que se encontraban las fuerzas del orden y varias comunidades religiosas, el Santo Padre dijo que "en estos meses he podido admirar, una vez más, la diligencia y la generosa labor de tantas personas que se esfuerzan para garantizar la necesaria asistencia a mis colaboradores y a mí, así como a los invitados y los peregrinos que vienen a visitarme".
"Por todo ello, deseo expresar mi más profundo reconocimiento a cada uno de vosotros, que me habéis hecho posible una estancia serena", agregó.
El Papa dijo luego que "por mi parte, os aseguro que no dejaré de rezar por todos vosotros y por vuestras intenciones, y os pido que me recordéis en la oración. El Señor, rico en bondad y misericordia, que nunca deja sin su ayuda a quienes confían en Él, sea siempre vuestro firme apoyo".
Ayer por la tarde, el Pontífice se despidió de las personas que trabajan en las villas pontificias de Castel Gandolfo y les agradeció el servicio que desempeñan en la custodia de esos lugares.
Benedicto XVI afirmó que "en estos parajes se vive en continuo contacto con la naturaleza y en un clima de silencio. Me alegra esta circunstancia porque una y otro nos acercan a Dios: la naturaleza, en cuanto obra maestra salida de las manos del Creador; el silencio, porque nos permite pensar y meditar sin distracciones en lo esencial de nuestra existencia".